[gravata]El uso de sustancias como gasolina, alcohol y thinner provoca graves problemas.[/gravata]
En las redes sociales, en grupos de técnicos en refrigeración, es común encontrar publicaciones defendiendo el uso de gasolina, thinner, diversos tipos de alcohol (isopropílico, metílico y otros), acetona y aceite de cocina para limpiar tuberías en equipos de refrigeración. Normalmente, el problema relacionado a la utilización de esas sustancias es la obstrucción del tubo capilar.
Vamos dejar claro aquí que el uso de esas sustancias no es recomendado. Ellas pueden reaccionar con elementos como el aceite, el fluido refrigerante, las gomas, los metales y otros materiales presentes en el refrigerador y provocar graves daños.
Esa solución improvisada puede incluso inutilizar el compresor, además de provocar otros problemas (como la corrosión de la propia tubería). Por lo tanto, buenos profesionales no utilizan esas sustancias.
Se debe recordar, por ejemplo, que el alcohol contiene un alto grado de humedad. El filtro secador en general retiene esa humedad, pero será necesario cambiarlo. Además de eso, el alcohol posee acidez muy elevada, lo que puede provocar reacciones químicas altamente nocivas a los componentes.
En lo que respeta específicamente a los problemas provocados por la obstrucción del tubo capilar por hielo, su causa es la humedad. Sin embargo, de nada vale usar alcohol u otras sustancias anticongelantes, que no tienen el poder de neutralizar los efectos de esa humedad, evitando solamente la obstrucción del tubo capilar con hielo, por bajar la temperatura de congelamiento de la humedad (agua). En relación a eso, hacemos un alerta adicional: el uso de sustancias anticongelantes no aprobadas lleva a la pérdida de la garantía.
Un técnico en refrigeración experimentado normalmente percibe un olor raro, diferente del usual, cuando se utilizó una de las sustancias mencionadas en el primer párrafo. En ese caso, lo ideal es explicar al cliente qué pasó, mostrándole a él como eso perjudica el sistema y provoca la pérdida de la garantía. Se puede asimismo ofrecerle la solución para el problema: una buena limpieza.
A limpieza de tuberías recomendada por Embraco se debe hacer con el uso del fluido refrigerante R141b, que funciona como un solvente, sin dejar vestigios ni causar daños. El problema es que ese fluido está siendo gradualmente retirado del mercado, pues es un HCFC (Lea + sobre las restricciones a los HCFCs en el Club no 75, de setiembre de 2014). Ya existen sustitutos para él en el mercado, pero su precio por kilo es alto todavía.
Es importante resaltar que, para que Embraco apruebe cualquier otra sustancia para esa limpieza, ella debe pasar por pruebas químicas en sus laboratorios.
Una solución alternativa que funciona es pasar una carga de R134a para esa limpieza, o una carga de otro fluido refrigerante, desde que sea lo mismo que se utiliza en el sistema.
Además del solvente a utilizar, hace falta saber cómo hacer tal limpieza. El video sobre Cambio de Compresores, disponible en el sitio web del Club, sirve como un guión para eso. Muestra las actividades paso por paso. En la página de la derecha, presentamos un resumen de los seis procedimientos básicos que se debe seguir.
Luego de los seis pasos enseñados al lado, es suficiente hacer una carga de nitrógeno para eliminar eventuales vestigios de solventes.
Vacío y limpieza
Un proceso de vacío bien hecho evita, en la mayor parte de las veces, la necesidad de limpieza. Ese proceso se debe hacer siempre que se cambia el compresor y cuando se detecta la presencia de humedad.
Para un vacío bien hecho, se debe utilizar una bomba que alcance 500 micra, con una capacidad de 3 CFMs o más. El proceso se debe hacer tanto por el lado de baja presión del sistema, conectado al pasador de proceso, cuanto por el lado de alta presión del sistema, en el tubo extra del filtro secador. Para los mejores resultados, además de las orientaciones arriba, hace falta mantener el vacío por 20 minutos luego de alcanzar el nivel esperado.
1. Soldar el tubo conector en la línea de conexión del sistema.
2. Cargar un cilindro con aproximadamente 500 ml de solvente o agente de limpieza recomendado.
3. Acoplar el cilindro con solvente en el conector de la línea de succión.
4. Acoplar un cilindro de nitrógeno (N2) en el cilindro que contiene el solvente, con la ayuda del manifold, y poner la punta del capilar dentro de un recipiente para recibir el solvente usado.
5. Liberar el nitrógeno a aproximadamente 50 PSI y abrir la válvula del cilindro que está con el solvente.
6. Aguardar la salida del solvente por la tubería hasta que salga sólo el nitrógeno en la punta del capilar.
